El poeta universal César Vallejo: símbolo de
poemas con sentimientos humanos y sociales.
El poeta peruano de fama universal don César Vallejo
(su nombre completo es César Abraham Vallejo Mendoza) nació en
Santiago de Chuco, La Libertad, en 1892 y murió en París en 1938. He aquí un
extracto de su celebre poema Los heraldos negros, un canto a las
vicisitudes de la vida humana.
“Hay golpes en la vida,
tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante
ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma. ¡Yo no sé!
Son pocos; pero son. Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Estos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre. Pobre. ¡Pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes. ¡Yo no sé!”
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma. ¡Yo no sé!
Son pocos; pero son. Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Estos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre. Pobre. ¡Pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes. ¡Yo no sé!”
También
escribió la famosa Novela El tungsteno “Es una obra de denuncia contra los peligros de
la penetración imperialista en el Perú que se realiza por intermedio de las
grandes transnacionales mineras, las cuales son apoyadas por la oligarquía
local, así como por otros oportunistas, cuyo único interés es el mayor lucro
posible, para lo cual no tienen escrúpulos en expropiar a precio irrisorrio las
tierras de los nativos, pagar a los obreros salarios ínfimos y cometer una
serie de crímenes, abusos y tropelías contra la población local, todo a nombre
de la «modernidad» y el «progreso». Sin embargo, para el autor, una luz de esperanza
se ilumina a través de idealistas que se proponen luchar por la justicia
social”. (Wikipedia).
En el
año 1923 se fue a Europa para ya no volver. Sus restos yacen en París. En el Cementerio de
Montparnasse y en su epitafio se lee este poema en francés: He nevado tanto para que duermas.
Su viuda publica
póstumamente el poemario España, aparte
de mí este cáliz de César Vallejo. He aquí uno de los extractos, que es un
canto a la resurrección (social):
“¡Entrelazándose hablarán
los mudos, los tullidos andarán!
¡Verán, ya de regreso, los ciegos
y palpitando escucharán los sordos!
¡Sabrán los ignorantes, ignorarán los sabios!
¡Serán dados los besos que no pudisteis dar!
¡Sólo la muerte morirá!”
¡Verán, ya de regreso, los ciegos
y palpitando escucharán los sordos!
¡Sabrán los ignorantes, ignorarán los sabios!
¡Serán dados los besos que no pudisteis dar!
¡Sólo la muerte morirá!”
El
distinguido Abogado don Víctor Zela Félix en París
Este recordatorio y pequeño
homenaje al gran poeta César Vallejo es gracias a esta fotografía en la que
aparece un distinguido Abogado apurimeño, antabambino y viteño (de Vito), don Víctor Lucio Zela Félix, con una
destacada trayectoria profesional, intelectual, interesado por su pueblo; y,
como tal, admirador de César Vallejo. Aquí don Víctor aparece al lado de la
tumba de César Vallejo, en París. Al igual que hizo don César Vallejo, don
Víctor se pasea por Europa. Envidiable suerte de él.
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