jueves, 16 de agosto de 2012

Educación en las zonas andinas


EDUCACIÓN  Y  DESARROLLO  HUMANO  EN  LAS  ZONAS  ANDINAS

Por: Nemesio Espinoza Herrera


El Perú es un país de riquezas en cuanto a sus recursos naturales. Sin embargo, hay pobreza y extrema pobreza, especialmente en las zonas andinas como son los pueblos de Apurímac. Sólo hay un camino para salir gradualmente de las condiciones de pobreza: es el camino de la Educación.
Solamente con la Educación, el Perú y nuestros pueblos del ande podrán librarse de la pobreza y extrema pobreza. No hay otra alternativa. Corresponde, por lo tanto, a las autoridades y a la sociedad en general priorizar el asunto de la Educación. Ningún niño o niña debe dejar de estudiar por ninguna razón. Nadie que haya terminado primaria debe dejar de ir a la secundaria y de ésta a la superior (universidades o institutos). Si hay niños o adolescentes que por alguna razón no está estudiando, todos tenemos el deber de espantarnos e indignarnos por tal situación y hacer todo lo que esté a nuestro alcance para hacer que sean insertados a la Educación.
Pero el tema no sólo es hacer que los niños o los adolescentes vayan a la escuela, al colegio, a la universidad. Es necesario, ante todo, asegurar que ellos estén adecuadamente alimentados, que gocen de una buena salud y vivan en casas dignamente humanas. Y éstos son, precisamente, los principales problemas de nuestros pueblos del ande que obstaculizan el logro de una buena Educación, y por consiguiente, impiden salir progresivamente del subdesarrollo en el que estamos sumidos por siglos. Es imposible lograr una buena Educación, por lo tanto, imposible salir del subdesarrollo, si los padres de familia, las autoridades locales y los ciudadanos en general seguimos permitiendo que nuestros niños y adolescentes –de quienes depende el futuro del país- estén crónicamente desnutridos, haraposos, viviendo en casas insalubres y recibiendo una Educación de deficiente calidad.
Sí se puede. Sí se puede alimentar, dar salud y vivienda en condiciones mínimamente humanas y ofrecer una buena Educación a nuestros menores, siempre en cuando estemos absolutamente convencidos que la Educación, y sólo la Educación, puede librarnos de la pobreza y extrema pobreza. La Educación es, y debe ser, la primera prioridad nacional, regional y local. Hace falta la absoluta convicción de creer en la Educación como la única palanca del desarrollo de nuestra gente, de nuestros pueblos. Hace falta plenas voluntades por parte de las autoridades, padres de familia y ciudadanía en general para priorizar de verdad la Educación y focalizar en ella todos los esfuerzos.  
Hay muchos personajes de origen andino que habiendo nacido en condiciones de pobreza y extrema han logrado sitiales importantes tanto en el Perú como en el extranjero, gracias a la Educación; pero, en la mayoría de esos casos son hechos aislados o accidentales. Queremos que en el país, especialmente en nuestros pueblos andinos, la buena Educación no sea un hecho aislado, casual o de suerte, sino parte de la calidad de vida propia del Siglo XXI, del Tercer Milenio. Queremos que gracias a la buena Educación, nuestros hijos, sobrinos, nietos, paisanos y todos los peruanos sean los futuros profesionales, empresarios, líderes, comerciantes, técnicos, agricultores, ganaderos, artistas, etc. de éxito de tal modo que contribuyan al desarrollo del país, de la región y de nuestros pueblos andinos. Sólo la Educación salvará a Apurímac, a Huancavelica, a Ayacucho; al Perú.
La Educación es un proceso permanente de formación de mentes, de personalidades y de conductas para su desarrollo personal y de la sociedad. La Educación nos libera no sólo de la oscuridad que es la ignorancia sino también nos libera gradualmente de las garras de la pobreza. Así, un ciudadano armado con una nueva mentalidad gracias a la Educación de calidad, podrá pensar y actuar creativamente en función de la calidad de vida y del desarrollo del país.
Pero, una buena Educación –con mayúscula- no sólo depende de la buena voluntad individual o familiar para educar y educarse. Depende, ante todo, de la existencia una política nacional de Estado que priorice la Educación de calidad; empero, lastimosamente aún no lo tenemos en el Perú. Por el contrario, todavía tenemos en el país una educación –con minúscula- para el subdesarrollo, una educación que no es prioridad nacional en la política del Estado, una educación que es considerada como un asunto marginal.
(Foto principal: Peru21.pe)

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