(Nemesio Espinoza Herrera)
A los apurimeños se les conoce también como los Chankas. Cuenta la historia que fenecido el imperio Wari, surgió de manera sólida y próspera la denominada “Nación Chanka” o “Confederación Chanka”. La connotada historiadora María Rostworonwski, sostiene que los chankas, dado su carácter indómito y belicoso, fueron los responsables del deterioro del imperio Wari.Los chankas, jactanciosos, rebeldes, agresivos e irrespetuosos frente a los jefes de otros pueblos, se consideraban descendientes del puma, animal sagrado.
Respecto a la denominación “los chankas” se dice que proviene del vocablo quechua “chankasapas” que significa hombres de gran tamaño proporcional a sus largas extremidades inferiores y eran personas fornidas; y así eran los antiguos chankas.
Así como los hunos hacían temer a sus enemigos con solo lanzar sus alaridos, los chankas hombres altos, rebeldes y valientes causaban pánico y asombro en quienes osaban enfrentarse. Así como Atila (llamado el Azote de Dios) era el jefe de los bárbaros hunos, Ancco Huaylloc era el de los chankas. Si donde pisaba el caballo de Atila no crecía hierbas nunca más, los chankas en polvo convertían las piedras que pisaban. Estos bravos guerreros resistieron airosos a los poderosos incas aunque finalmente fueros derrotados y (auto)expulsados hacia Lamas (en la Región de San Martín)
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