(Fuente: Libro Apurímac, pobrezas y riquezas.- Nemesio Espinoza Herrera)
José María Arguedas
Escritor de talla universal de la cultura andina. (Andahuaylas 1911, Lima 1969). Profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Sus principales novelas: Yahuar fiesta, El zorro de arriba y el zorro de abajo, Los ríos profundos, Todas las sangres.
HOMENAJE A DON JOSE MARIA ARGUEDAS ALTAMIRANO
(Fuente: http://www.perutoptours.com/index03an_jose_maria_arguedas.html)
José María Arguedas nace en Andahuaylas en 1911 y fallece en Lima en 1969. Escritor y etnólogo peruano, renovador de la literatura de inspiración indigenista y uno de los más destacados narradores peruanos del siglo XX.
Sus padres fueron el abogado cuzqueño Víctor Manuel Arguedas Arellano, que se desempeñaba como juez en diversos pueblos de la región, y Victoria Altamirano Navarro. En 1917 su padre se casó en segundas nupcias (la madre había muerto tres años antes), y la familia se trasladó al pueblo de Puquio y luego a San Juan de Lucanas. Al poco tiempo el padre fue cesado como juez por razones políticas y hubo de trabajar como abogado itinerante, dejando a su hijo al cuidado de la madrastra y el hijo de ésta, quienes le daban tratamiento de sirviente.
En 1921 se escapó con su hermano Arístides de la opresión del hermanastro. Se refugiaron en la hacienda Viseca, donde vivieron dos años en contacto con los indios, hablando su idioma y aprendiendo sus costumbres, hasta que en 1923 los recogió su padre, quien los llevó en peregrinaje por diversos pueblos y ciudades de la sierra, para finalmente establecerse en Abancay.
Después de realizar sus estudios secundarios en Ica, Huancayo y Lima, ingresó en 1931 a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima para estudiar Literatura. Entre 1932 y 1937 trabajó como auxiliar de la Administración Central de Correos de Lima, pero perdió el puesto al ser apresado por participar en una manifestación estudiantil a favor de la República Española.
Después de permanecer alrededor de un año en la prisión El Sexto, fue nombrado profesor de castellano y geografía en Sicuani, en el departamento de Cuzco, cargo en que descubrió su vocación de etnólogo. En octubre de 1941 fue agregado al Ministerio de Educación para colaborar en la reforma de los planes de estudios secundarios. Tras representar al profesorado peruano en el Congreso Indigenista Interamericano de Patzcuaro (1942), reasumió su labor de profesor de castellano en los colegios nacionales Alfonso Ugarte, Nuestra Señora de Guadalupe y Mariano Melgar de Lima, hasta que en 1949 fue cesado por considerársele comunista.
En marzo de 1947 fue nombrado Conservador General de Folklore en el Ministerio de Educación, para posteriormente ser promovido a Jefe de la Sección Folklore, Bellas Artes y Despacho del mismo ministerio (1950-52). En 1953 fue nombrado Jefe del Instituto de Estudios Etnológicos del Museo de la Cultura Peruana, y el mismo año comenzó a publicar la revista Folklore Americano (órgano del Comité Interamericano de Folklore, del que era secretario), la cual dirigió durante diez años. (Imagen Internet)
A este cargo sucedieron el de director de la Casa de la Cultura del Perú (1963-1964) y director del Museo Nacional de Historia (1964-1966), desde los cuales editaría las revistas Cultura y Pueblo e Historia y Cultura. También fue profesor de etnología y quechua en el Instituto Pedagógico Nacional de Varones (1950-53), catedrático del Departamento de Etnología de la Universidad de San Marcos (1958-68), y profesor en la Universidad Nacional Agraria de la Molina desde 1964 hasta su muerte, ocurrida a consecuencia de un balazo que se disparó en la sien y que ocasionaría su fallecimiento cuatro días después. Fue galardonado con el Premio Fomento a la Cultura en las áreas de Ciencias Sociales (1958) y Literatura (1959, 1962) y con el Premio Inca Garcilaso de la Vega (1968).
La obra de José María Arguedas
La producción intelectual de Arguedas es bastante amplia y comprende, además de obras de ficción, trabajos, ensayos y artículos sobre el idioma quechua, la mitología prehispánica, el folclore y la educación popular, entre otros aspectos de la cultura peruana. La circunstancia especial de haberse educado dentro de dos tradiciones culturales, la occidental y la indígena, unido a una delicada sensibilidad, le permitieron comprender y describir como ningún otro intelectual peruano la compleja realidad del indio nativo, con la que se identificó de una manera desgarradora.
Por otro lado, en Arguedas la labor del literato y la del etnólogo no están nunca totalmente disociadas, e incluso en sus estudios más académicos encontramos el mismo lenguaje lírico que en sus narraciones. Y aunque no era diestro en el manejo de las técnicas narrativas modernas, su literatura (basada especialmente en las descripciones) supo comunicar con gran intensidad la esencia de la cultura y el paisaje andinos.
Arguedas vivió un conflicto profundo entre su amor a la cultura indígena, que deseaba se mantuviera en un estado "puro", y su deseo de redimir al indio de sus condiciones económicas y sociales. Se puede decir que la añoranza a las formas tradicionales de la vida andina hizo que postulara un estatismo social, en abierta contradicción con su adhesión al socialismo.
Su obra revela el profundo amor del escritor por la cultura andina peruana, a la que debió su más temprana formación, y representa, sin duda, la cumbre del indigenismo peruano. Dos circunstancias ayudan a explicar la estrecha relación de Arguedas con el mundo campesino. En primer término, que naciera en una zona de los Andes que no tenía mayor roce con estratos occidentalizados; en segundo lugar, que a la muerte de su madre, su madrastra lo obligara a permanecer entre los indios. De esa manera asimiló la lengua quechua, y lo mismo sucedió con las costumbres y los valores éticos y culturales del poblador andino.
Esta precoz experiencia, vivida primero y simbolizada en su escritura por la oposición indios/señores, se vería más tarde reforzada con los estudios antropológicos. Como resultado de esta trama, la vida de Arguedas transcurrió entre dos mundos no sólo distintos, sino además en contienda. De allí surgió su voraz voluntad de interpretar la realidad peruana, la permanente corrección de sus ideas sobre el país y la definición de su obra como la búsqueda de una imagen válida de éste.
Ya desde sus primeros relatos se advierte la problemática que terminaría por presidir toda su escritura: la vida, los azares y los sufrimientos de los indios en las haciendas y aldeas de la sierra del Perú. Allí también se presenta esa escisión esencial de dos grupos, señores e indios, que será una constante en su obra narrativa. El espacio en que se desarrollan sus relatos es limitado, lo que permite a esta oposición social y cultural mostrarse en sus aspectos más dramáticos y dolorosos. Ya el derrotero de Arguedas está trazado; aunque en su fuero interno vive intensamente la ambigüedad de pertenecer a dos mundos, su actitud literaria es muy clara, en la medida en que determina una adhesión sin atenuantes al universo de los indígenas, generando dos cauces de expresión que se convertirán en sendos rasgos de estilo: la representación épica y la introspección lírica.
Su primer libro reúne tres cuentos con el título de Agua (1935), que describen aspectos de la vida en una aldea de los Andes peruanos. En estos relatos se advierte el primer problema al que se tuvo que enfrentar en su narrativa, que es el de encontrar un lenguaje que permitiera que sus personajes indígenas (monolingües quechuas) se pudieran expresar en idioma español sin que sonara falso. Ello se resolvería de manera adecuada con el empleo de un "lenguaje inventado": sobre una base léxica fundamentalmente española, injerta el ritmo sintáctico del quechua.
En Agua los conflictos sociales y culturales del mundo andino se observan a través de los ojos de un niño. El mundo indígena aparece como depositario de valores de solidaridad y ternura, en oposición a la violencia del mundo de los blancos.
En Agua los conflictos sociales y culturales del mundo andino se observan a través de los ojos de un niño. El mundo indígena aparece como depositario de valores de solidaridad y ternura, en oposición a la violencia del mundo de los blancos.
En Yawar fiesta, de 1941, Arguedas plantea un problema de desposesión de tierras que sufren los habitantes de una comunidad. Con esta obra el autor cambia algunas de las reglas de juego de la novela indigenista, al subrayar la dignidad del nativo que ha sabido preservar sus tradiciones a pesar del desprecio de los sectores de poder. Este aspecto triunfal es, de por sí, inusual dentro del canon indigenista, y da la posibilidad de entender el mundo andino como un cuerpo unitario, regido por sus propias leyes, enfrentado al modelo occidentalizado imperante en la costa del Perú.
En Los ríos profundos, de 1958, propone la dimensión autobiográfica como clave interpretativa. En esta obra se nos muestra la formación de su protagonista, Ernesto (que recobra el nombre del niño protagonista de algunos de los relatos de Agua), a través de una serie de pruebas decisivas. Su encuentro con la ciudad de Cuzco, la vida en un colegio, su participación en la revuelta de las mujeres indígenas por la sal y el descubrimiento angustioso del sexo son algunas de las etapas a través de las cuales Ernesto define su visión del mundo. El mundo de los indios asume cada vez más connotaciones míticas, erigiéndose como un antídoto contra la brutalidad que tienen las relaciones humanas entre los blancos.
La novela siguiente, El Sexto, publicada en 1961, representa un paréntesis con respecto al ciclo andino. "El Sexto" es el nombre de la prisión de Lima donde el escritor fue encarcelado en 1937-1938 por la dictadura de Benavides. El infierno carcelario es también una metáfora de la violencia que domina toda la sociedad peruana.
Con Todas las sangres, de 1964, Arguedas reanudó, sobre bases más amplias, la representación del mundo andino. Del relato autobiográfico se pasa a un cuadro general que comprende las transformaciones económicas, sociales y culturales que suceden en la sierra peruana. A través de la historia de una familia de grandes latifundistas, el autor afronta las consecuencias del proceso de modernización que avanza sobre un mundo todavía feudal.
Todas las sangres es un proyecto narrativo de largo aliento y mucho más ambicioso, pues pretende sopesar todos los modelos que se presentan como alternativos para construir y configurar la sociedad peruana. A ello obedece su estructura coral, en la cual se enfrentan el proyecto capitalista, el orden feudal y un boceto de capitalismo nacional. Pero el autor invalida cada uno de ellos, proponiendo como legítimo un modelo social comunitario que no desdeña, empero, la modernización. Todas las sangres eleva el problema indígena a problema nacional, e incluso le brinda un tinte universal, en la medida en que el conflicto expresado en la novela corresponde ya en ese momento al llamado Tercer Mundo.
La última novela de Arguedas, El zorro de arriba y el zorro de abajo, que se publicó póstuma en 1971, quedó inacabada por el suicidio del escritor. Los capítulos que consiguió escribir están ambientados en Chimbote, un puerto pesquero del norte, que sufre un desarrollo impetuoso y caótico. El autor alterna la representación dramática de los costes humanos de este crecimiento, especialmente la pérdida de identidad cultural de los indios trasplantados a la ciudad, con apuntes de diario, de los cuales emerge la decisión, cada vez más inexorable, de suicidarse.
La imagen literaria de Arguedas se completa también con sus Relatos completos, reunidos en 1975, y con importantes investigaciones antropológicas y folclóricas, además de su producción poética en lengua quechua. http://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/arguedas.htm
(Lima 20 de diciembre de 2008)
Juan de Espinosa Medrano
La imagen literaria de Arguedas se completa también con sus Relatos completos, reunidos en 1975, y con importantes investigaciones antropológicas y folclóricas, además de su producción poética en lengua quechua. http://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/arguedas.htm
(Lima 20 de diciembre de 2008)
Juan de Espinosa Medrano
Sublime intelectual andino. Nace en el pueblo de Calcauso en el distrito que lleva su nombre en la provincia de Antabamba. Sus obras: Apologético a favor de Luis de Góngora, La novena maravilla, Philosophia tomística. Mario Vargas Llosa dice: “aquel indio de Apurímac llegó a ser uno de los intelectuales más cultos y refinados de su tiempo y un escritor con prosa robusta y mordaz".
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Véase también inforamciones adicionales sobre Juan de Espinosa en:
http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_de_Espinosa_Medrano
Juan de Espinosa Medrano “El Lunarejo”
La poética indiana: El Lunarejo, primer crítico literario en América
Johnny Zevallos Estupiñán
La Primera, Lima 12/02/07
Fuente: http://www.librosperuanos.com/autores/espinosa-medrano.html
El siglo XVII significó la consolidación del Cusco como espacio primordial para artistas criollos e indígenas. Tanto la producción dramática como la literatura erudita integraron los aportes literarios de sacerdotes españoles y criollos, así como de nobles indígenas cusqueños. Al permanecer la élite andina en la antigua capital del Incario, la administración colonial aseguró este fenómeno cultural a través de una agresiva política evangelizadora. La Iglesia Católica auspició la producción intelectual castellana y quechua, convirtiendo al Cusco en un importante ámbito intelectual.
Este esfuerzo eclesiástico se vio precozmente afirmado con el impacto del teatro quechua, entre los que destacan el Ollantay y el Usca Páucar, de autor anónimo, El pobre más rico, de Gabriel Centeno de Osma, El rapto de Proserpina y el sueño de Endimión y El hijo pródigo, ambos de Juan de Espinosa Medrano (1629-1688), apodado “el Lunarejo”. Quizá, el aporte del Lunarejo al autosacramental quechua afianzó las aspiraciones de la doctrina católica en su afán de acercarse a la élite andina, pues el tema central desarrollado en sus producciones dramáticas vinculaba su amplio conocimiento de la tradición clásica con el quechua.
El Lunarejo
Juan de Espinosa Medrano escribió el primer estudio crítico en América, el Apologético en favor de don Luis de Góngora (1662). Si bien la obra del poeta español Luis de Góngora y Argote (Córdoba, 1561-1627) gozó de una auspiciosa acogida en Hispanoamérica, Espinosa aprovechó la injuria lanzada por el portugués Manuel de Faria y Sousa (1590-1649) en contra del poeta cordobés para plasmar un discurso que fundara la élite intelectual criolla. El estudio de Espinosa comprende un análisis de la obra poética de Góngora. Por un lado, explora la estructura del verso castellano; y por otro, incursiona en la renovación de la teoría literaria. Hasta antes del Apologético la crítica se inclinaba por resaltar el buen uso de la gramática, como lo advierte la edición anotada de Manuel de Faria (1638) para Los Lusiadas.
La defensa de Góngora respondería a la consumación de la poesía castellana en las Soledades y en la Fábula de Polifemo y Galatea para definir la figura del “genio poético”. El propósito central de su estudio estaba dirigido a modificar los modelos de la crítica literaria expuestos por Faria y Sousa, antes que prejuzgar al ensayista portugués. La temprana atención que el Lunarejo señala en la métrica y los procedimientos retóricos para con el discurso poético conllevan a establecer al hipérbaton, y sus distintas licencias poéticas, como uno de los ejes para definir una nueva concepción del discurso lírico barroco. A mi juicio, el análisis literario que realiza Espinosa Medrano gira en torno a dos aspectos importantes: 1) plantea los efectos del lenguaje poético desde un rigor eminentemente científico y; 2) produce el primer análisis crítico interdisciplinario al consultar los aportes filosóficos y retóricos de textos grecolatinos.
El predicador
El texto en su conjunto consta de doce secciones: la misma distribución de la Eneida de Virgilio o La Cristiada de fray Diego de Hojeda. Al igual que en la Poética, de Aristóteles, y en el Arte poética, de Horacio, reafirma su intención de interpretar los aportes estéticos de Góngora. Espinosa Medrano quiere ser predicador y guía de los hechos que expondrá en su crítica. Veamos ahora algunos puntos importantes del Apologético:
La métrica hispana expuesta por el cusqueño le permite adentrarse en el modelo poético seguido por Góngora, en tanto heredero de la tradición greco-latina y española. Su nutrida instrucción en torno a los poetas clásicos es un condicionante para echar por tierra los postulados de Faria, quien no duda en comparar al cordobés con Mahoma –en cuanto corruptor de la composición lírica. Si bien el Lunarejo entiende el oprobio hacia quienes no comprenden la innovación de las licencias poéticas, la limitación que ejercía la crítica literaria anterior entorpecía el sentido esencial del texto.
El estudio de Espinosa Medrano llega a su punto más alto con su análisis de las Soledades y la Fábula de Polifemo y Galatea. La identificación del genio poético, como enigma para descifrar el sentido del texto, configura la relación evidente entre el autor y el receptor de la poesía gongorina. El análisis interpretativo de Faria le sirve para involucrarse como lector de la Fábula. La significación mitológica no depende –asegura el Lunarejo– de una imitación exacta con respecto a los modelos clásicos, sino, en la apropiación de los mismos para sugerir al mundo hispánico como nuevo espacio poético. Un nuevo esquema
A manera de colofón, las dos últimas secciones cierran el primer estudio crítico indiano. Los criterios usados por Juan de Espinosa priorizan, sin duda, la propuesta de un nuevo esquema de interpretación literaria bajo las mismas categorías que la retórica clásica había expuesto en la Antigüedad. Estos mismos cánones coinciden en la premisa sobre la que gira su análisis: “ajenos descuidos nos gastan el papel, el tiempo y la vida, sin acordarse de que, mientras pelean, no nos han enseñado ni un átomo de la verdad” (sección XII). En consecuencia, ¿la aproximación a la lírica gongorina en el Apologético debe entenderse como la aplicación de un nuevo estudio literario o se sugeriría, acaso, la inserción de los criollos americanos en la producción intelectual hispana? ¿Era consciente el autor de la importancia de su aporte crítico? Si bien Espinosa Medrano se propone corregir la apreciación española con respecto al sector criollo a través de un extraordinario estudio crítico, reafirma su preocupación por profundizar el papel del erudito en la intelectualidad hispana. Es probable que el Lunarejo haya querido presentarse ante la corona como el mentor de la élite letrada en Indias en su intención de obtener favores por parte la metrópoli, como también lo hicieran el Inca Garcilaso y Guamán Poma de Ayala aunque desde perspectivas distintas.
l constante afán de Espinosa por reconocerse criollo, a pesar de que su origen étnico no ha podido ser identificado, se suma a su labor evangelizadora en su producción dramática quechua. Esta posibilidad, sin embargo, no llegó a consolidarse como acredita su testamento donde se consigna la austeridad de su enterramiento. Clérigo y literato
Juan de Espinosa Medrano (1629-1688), conocido como “el Lunarejo”, fue clérigo y literato.
Lo llamaban así por el lunar o lunares que marcaban su rostro, y en vida fue ya toda una leyenda. Se sabe que gracias a su precoz talento se le abrieron las puertas del Seminario de San Antonio Abad y luego las de la Universidad de San Ignacio, donde se graduó. Políglota y polifacético, antes de los 18 años ya escribía autos sacramentales, componía música sacra y dominaba el latín, el griego, el hebreo y, por supuesto, el quechua.
Su primera obra tal vez sea El rapto de Prosepina, drama que llegó a ser representado en Madrid y Nápoles. También para el teatro compuso El amar su propia muerte, y el auto sacramental en quechua El hijo pródigo. Además, escribió en latín el tratado Curso de filosofía tomística, y treinta de sus sermones fueron agrupados póstumamente en 1695, bajo el título de La novena maravilla.
Fue su Apologético en favor de don Luis de Góngora la obra que le aseguró un lugar en la posteridad. Publicada en 1662, es una apasionada defensa del gran poeta cordobés, pero también un ejercicio de estilo y la aplicación de ideas avanzadas para su época y, en algún caso, próximas a las de la estilística del siglo XX, como lo remarca Dámaso Alonso.
Fue su Apologético en favor de don Luis de Góngora la obra que le aseguró un lugar en la posteridad. Publicada en 1662, es una apasionada defensa del gran poeta cordobés, pero también un ejercicio de estilo y la aplicación de ideas avanzadas para su época y, en algún caso, próximas a las de la estilística del siglo XX, como lo remarca Dámaso Alonso.
Espinosa Medrano murió el 13 de noviembre de 1688, en medio del sentimiento general de un pueblo que lo había acogido como suyo.
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Juan de Espinosa Medrano-------------------------------------------
Fuente: http://es.encarta.msn.com/encyclopedia_961537660/Juan_de_Espinosa_Medrano.html
Juan de Espinosa Medrano (1629?-1688), escritor peruano, gran figura del barroco americano y, sin duda, autor del más importante ejemplo de prosa crítica y erudita del periodo.
Nacido en un pueblo cerca de Cuzco y apodado El Lunarejo, por los lunares que lucía en la cara, fue el mayor defensor y discípulo de Góngora en la América colonial. Los datos de su biografía son escasos y están entremezclados con leyendas y supercherías, tal vez porque sus primeros comentaristas y biógrafos fueron la novelista cuzqueña Clorinda Matto de Turner y el tradicionista Ricardo Palma, que imaginaron un pobre clérigo, que por ser indio o mestizo tuvo que sufrir postergaciones y quizá vejaciones a partir de datos no probados. Hay quienes documentan que era hijo legítimo, que desempeñó algunos importantes cargos eclesiásticos (entre ellos el de canónigo magistral de Cuzco) y administrativos, y que estaba lejos de ser pobre, pues tenía propiedades, siervos y esclavos.
Era una mente cultivada en lo mejor de la cultura de su tiempo, lo que no es menuda hazaña para un hombre que, por razones de su ministerio religioso, vivió buen tiempo en las apartadas serranías de Cuzco. Fue llamado también Doctor Sublime, por su brillante oratoria sagrada; sus celebrados sermones se recopilaron póstumamente en La Novena Maravilla (Valladolid, 1695). También escribió teatro religioso en quechua y español, y tradujo a Virgilio al quechua; se sabe también que escribió poesía y que tal vez compuso música. Pero la pieza clave de su obra es el famoso Apologético en defensa de D. Luis de Góngora, príncipe de los poetas líricos de España (Lima, 1662).
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También véase el libro:
Estudios sobre Juan de Espinosa Medrano (El Lunarejo)
de J. Agustin Tamayo Rodriguez
Publicado en Lima Ediciones Libreria "Studium", 1971.
15 de diciembre de 2008
Extraordinaria mujer de valor y coraje. Micaela Bastidas Puyucahua, de Abancay, junto con su esposo José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru II), protagonizó rebeliones contra el dominio español y afrontó con valentía y coraje su condena de muerte cruel.
Informaciones adicionales sobre Micaela en:
http://es.wikipedia.org/wiki/Micaela_Bastidas
HOMENAJE A MICAELA BASTIDAS FUYUQAWA
http://www.perutoptours.com/index03ab_micaela_bastidas.html
Micaela Bastidas Puyucahua, (Nacio en Tamburco, 1745 - Fallecio en Cusco, 18 de mayo de 1781), fue prócer y mártir de la independencia peruana, quien a pocos momentos antes de ejecutarse su sentencia, enunciaría su clara posición política y su conciencia independentista declarando: "Por la libertad de mi pueblo he renunciado a todo. No veré florecer a mis hijos...".
Por ese entonces Tamburco era un pueblo conocido por sus abundantes pastos y una agricultura floreciente, principalmente de granos, papas y frutas[cita requerida], y, como lugar obligado de descanso de los viajeros que llegaban tras el paso lento de los mulos en largas y penosas jornadas. Esto explica la desahogada situación económica de sus habitantes.
Hija de Manuel Bastidas y Josefa Puyucahua, la joven Micaela era de esbelta belleza y clara tez mestiza, con el cabello ligeramente ondulado, lo que llevó a muchos a llamarla "zamba", nombre que se da en Abancay a las personas que por esta característica se distinguen de las personas típicamente andinas. Lo que más resaltan los historiadores e investigadores, sin embargo, no son sus rasgos físicos, sino ese temperamento férreo que marcó su derrotero.
Se casó muy joven en 1760, a los 15 años con José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, uno de los próceres de la historia del Perú, en la iglesia de Nuestra Señora de la Purificación, en el pueblo de Surimana, lugar del curacazgo de su marido.
Madre de tres varones, Hipólito (1761), el primogénito, Mariano (1762) y Fernando (1768), Micaela Bastidas tuvo como primer maestro ideológico al propio José Gabriel, quien había adquirido una sobresaliente formación, tanto en el Cusco como en Lima, en múltiples reuniones, incluso ligadas a grupos masónicas en las que forjó su acendrado espíritu separatista.
Micaela Bastidas ha de haber tenido también algunos estudios escolares, pues sabía leer y escribir en castellano. Hasta hace poco, algunos autores sostenían lo contrario, apoyándose en la noticia de que tuvo varios amanuenses a su disposición durante la etapa de la rebelión. No obstante, una prueba concluyente de sus conocimientos idiomáticos es una carta escrita de su puño y letra cuyo original se encuentra en el Archivo Nacional de Lima.
La lideresa de las huestes tupacamaristas compartió con su marido, desde un inicio, los ideales de libertad, y aun discutió los planes estratégicos de la rebelión. Incluso parece haber sido más enérgica que el propio Túpac Amaru en cuanto a la disciplina de las tropas y la decisión de tomar el Cusco. Se sabe que su habilidad logística fue decisiva para obtener la victoria de Sangarará el 18 de noviembre de 1780. Sin embargo, la comprensión y el cariño entre ellos fue evidente, como se desprende del trato que Condorcanqui daba constantemente a Micaela, hasta en su correspondencia, llamándola con los diminutivos de "Mica" y "Micaco".
Su vida pública, entregada a la causa independentista, está resumida en estas palabras de su mejor biógrafo, el historiador Carlos Daniel Valcárcel:
"El papel que desempeñó doña Micaela Bastidas Puyucawa tiene capital importancia para conocer la rebelión de Tinta. Puede asegurarse que, desde el primer momento, ella fue el principal consejero de Túpac Amaru, junto al rumoreado Consejo de los Cinco. Y aunque el caudillo actuó mediante decisiones propias, por sus ideas e iniciativas aparece la figura de esta enérgica y prócer mujer con los caracteres de un personaje de valor innegable"
Fue capturada luego del fracaso de la sublevación, Micaela Bastidas fue ejecutada, sus verdugos le cortaron la lengua, le anudaron al cuello una cuerda que tiraron desde lados opuestos y, mientras agonizaba, la patearon en el vientre y en el pecho, en la Plaza de Armas del Cusco, el 18 de mayo de 1781, a los 36 años de edad, habiendo tenido antes que presenciar la ejecución de su hijo Hipólito y a la vista de su esposo
Tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Micaela_Bastidas
15 de diciembre de 2008
15 de diciembre de 2008
David Samanez Ocampo
Presidente de la República del Perú. Nacido en Andahuaylas. Fue diputado y senador. Jorge Basadre dice: “Este rico propietario rural del departamento de Apurímac se caracterizó en su vida pública por su probidad, su civismo y lealtad a los ideales de Nicolás de Piérola… tendría 68 años cuando asumió la Presidencia de la Junta de Gobierno del Perú". Gobernó durante casi un año.
Véase informaciones adicionales sobre el presidente Samanez en:
http://es.wikipedia.org/wiki/David_Samanez_Ocampo_y_Sobrino
Chabuca Granda
Creadora de valses para el mundo. Nace en Cotabambas. Aunque su nacimiento en la referida provincia fue accidental, por cuanto sus padres no fueron de allí, Chabuca nunca negó su origen y, por el contrario, sintió orgullo de ser apurimeña. Sus valses; La flor de la canela, Fina estampa, José Antonio. El cantante español Rafael y el mexicano Juan Gabriel interpretan los valses de Chabuca.
Más inforamciones sobre Chabuca en:
Chabuca Granda
Fuente: http://www.raicesmilenarias.com/?cat=221
Hoy se cumplirán 25 años de la muerte de la gran compositora peruana Chabuca Granda, cuyas obras daban cuenta de la Lima antigua y señorial del 1800 en su primera etapa, para luego reivindicar la música afro-peruana.
El nombre completo de Chabuca, era Isabel Granda Larco, nacida el 3 de de 1920 en Cotabamba, Apurimac, Perú y falleció el 8 de marzo de 1983 en Miami.
Su nacimiento se produjo en una zona de minas de cobre ubicada en el departamento peruano de Apurimac. Comenzó a cantar a los 12 años, pero su despliegue personal como cantautora se inicia luego de su divorcio, que fue visto como un escándalo para la sociedad limeña de aquella época. El primer período de su producción creativa es netamente evocativo y pintoresco. “Chabuca” -este es el nombre con el que se hizo llamar- le canta a la Lima antigua señorial de fines del 1800. Es la ciudad que ella conoció a través de su padre, la del barrio del Barranco, de grandes casonas francesas, con inmensos portales y jardines de invierno.
A esta etapa pertenecen “Lima de veras”, “La flor de la canela”, “Fina estampa”, “Gracia”, “José Antonio”, “Zeñó Manué” y muchas otras.
En aquel momento rompió con la estructura rítmica convencional del vals y sus melodías, de tesitura muy amplia, alternarán el nuevo lenguaje que propuso con el de los antiguos valses de salón. Su producción también revela una estrecha relación entre letra y melodía, que fue variando con el tiempo hacia una tendencia poética cada vez más sintética.
Luego, en una segunda parte de su carrera, quebrantará incluso las estructuras de la poesía convencional, y el ritmo de las canciones seguirá los pasos de esa evasión de las rimas, consonancias y métricas dadas. A este última etapa pertenece un ciclo de canciones dedicadas a la chilena Violeta Parra y a Javier Heraud, poeta peruano asesinado por la policía de la dictadura de Francisco Velasco Alvarado.
Mientras que en sus últimos años, armó un repertorio ligado al renacimiento de la música negra afro-peruana que, a pesar de haber estado presente a nivel popular, había sido denostada por razones sociales y raciales.
Manejó con maestría “negra” el abanico de ritmos que enriquecieron la música popular peruana y su poesía tomó el sesgo de la acuarela, el trazo sintético y sugerente de colores y sensaciones.
Murió por una disfunción cardíaca en una clínica Miami, en marzo del ‘83. Su voz y su vasta creación se extendieron más allá de las fronteras de su país, recreadas también por intérpretes de todo el mundo que han visto en sus obras una fina y sensible expresión de la música del Perú.
Fue muy amiga de pintores, poetas, periodistas, historiadores, artistas y se dice que organizaba en su casa reuniones muy simpáticas fungiendo siempre de buena anfitriona y era admiradora del cantautor cubano Pablo Milanés.
“Su música fue un legado para Latinoamérica, las letras nos pintaban el paisaje y además la magia de sus letras evadían todas las rimas posibles, una mujer increíble referente de la cultura de América”, señaló Víctor Heredia en su recuerdo.
“Fue un motor inspirador en muchos creadores que siguieron sus pasos, junto a Violeta (Parra) y Víctor (Jara), lamentablemente todos fallecidos, fueron nuestros verdaderos maestros. Muchos de los que hoy componemos hemos aprehendido de su sabiduría y de sus vivencias”, manifestó.
Chabuca Granda tuvo en sus últimos años un círculo de amigos músicos de raza negra a quienes estimaba mucho entre los que se contaban a Carlos “Caitro” Soto (percusión), Félix Casaverde (guitarra), Rodolfo Arteaga (percusión), junto a Álvaro Lagos (guitarra), Rubén Flores (cantante y padre del tenor Juan Diego Flores). Ella fue -juntamente con Nicomedes Santa Cruz- la principal impulsora del afro-peruanismo en la música, que aunque estuvo presente en el sentir popular no había llegado a los grandes escenarios. Entre sus principales composiciones se destacan: “Bello durmiente”, “El gallo camarón”, “Cardo o ceniza”, “El dueño ausente”, “El puente de los suspiros”, “José Antonio”, “Lima de veras” y “Señor Manué”, entre muchas otras. (Télam)
15 de diciembre de 2008
Fuente: http://www.raicesmilenarias.com/?cat=221
Hoy se cumplirán 25 años de la muerte de la gran compositora peruana Chabuca Granda, cuyas obras daban cuenta de la Lima antigua y señorial del 1800 en su primera etapa, para luego reivindicar la música afro-peruana.
El nombre completo de Chabuca, era Isabel Granda Larco, nacida el 3 de de 1920 en Cotabamba, Apurimac, Perú y falleció el 8 de marzo de 1983 en Miami.
Su nacimiento se produjo en una zona de minas de cobre ubicada en el departamento peruano de Apurimac. Comenzó a cantar a los 12 años, pero su despliegue personal como cantautora se inicia luego de su divorcio, que fue visto como un escándalo para la sociedad limeña de aquella época. El primer período de su producción creativa es netamente evocativo y pintoresco. “Chabuca” -este es el nombre con el que se hizo llamar- le canta a la Lima antigua señorial de fines del 1800. Es la ciudad que ella conoció a través de su padre, la del barrio del Barranco, de grandes casonas francesas, con inmensos portales y jardines de invierno.
A esta etapa pertenecen “Lima de veras”, “La flor de la canela”, “Fina estampa”, “Gracia”, “José Antonio”, “Zeñó Manué” y muchas otras.
En aquel momento rompió con la estructura rítmica convencional del vals y sus melodías, de tesitura muy amplia, alternarán el nuevo lenguaje que propuso con el de los antiguos valses de salón. Su producción también revela una estrecha relación entre letra y melodía, que fue variando con el tiempo hacia una tendencia poética cada vez más sintética.
Luego, en una segunda parte de su carrera, quebrantará incluso las estructuras de la poesía convencional, y el ritmo de las canciones seguirá los pasos de esa evasión de las rimas, consonancias y métricas dadas. A este última etapa pertenece un ciclo de canciones dedicadas a la chilena Violeta Parra y a Javier Heraud, poeta peruano asesinado por la policía de la dictadura de Francisco Velasco Alvarado.
Mientras que en sus últimos años, armó un repertorio ligado al renacimiento de la música negra afro-peruana que, a pesar de haber estado presente a nivel popular, había sido denostada por razones sociales y raciales.
Manejó con maestría “negra” el abanico de ritmos que enriquecieron la música popular peruana y su poesía tomó el sesgo de la acuarela, el trazo sintético y sugerente de colores y sensaciones.
Murió por una disfunción cardíaca en una clínica Miami, en marzo del ‘83. Su voz y su vasta creación se extendieron más allá de las fronteras de su país, recreadas también por intérpretes de todo el mundo que han visto en sus obras una fina y sensible expresión de la música del Perú.
Fue muy amiga de pintores, poetas, periodistas, historiadores, artistas y se dice que organizaba en su casa reuniones muy simpáticas fungiendo siempre de buena anfitriona y era admiradora del cantautor cubano Pablo Milanés.
“Su música fue un legado para Latinoamérica, las letras nos pintaban el paisaje y además la magia de sus letras evadían todas las rimas posibles, una mujer increíble referente de la cultura de América”, señaló Víctor Heredia en su recuerdo.
“Fue un motor inspirador en muchos creadores que siguieron sus pasos, junto a Violeta (Parra) y Víctor (Jara), lamentablemente todos fallecidos, fueron nuestros verdaderos maestros. Muchos de los que hoy componemos hemos aprehendido de su sabiduría y de sus vivencias”, manifestó.
Chabuca Granda tuvo en sus últimos años un círculo de amigos músicos de raza negra a quienes estimaba mucho entre los que se contaban a Carlos “Caitro” Soto (percusión), Félix Casaverde (guitarra), Rodolfo Arteaga (percusión), junto a Álvaro Lagos (guitarra), Rubén Flores (cantante y padre del tenor Juan Diego Flores). Ella fue -juntamente con Nicomedes Santa Cruz- la principal impulsora del afro-peruanismo en la música, que aunque estuvo presente en el sentir popular no había llegado a los grandes escenarios. Entre sus principales composiciones se destacan: “Bello durmiente”, “El gallo camarón”, “Cardo o ceniza”, “El dueño ausente”, “El puente de los suspiros”, “José Antonio”, “Lima de veras” y “Señor Manué”, entre muchas otras. (Télam)
15 de diciembre de 2008
Apurimeños célebres que están vivos
Tulio Loza Bonifaz
Fuente: http://www.tulioloza.com/
Soy Tulio Loza….nací en Abancay Apurimac. Provengo de un hogar de serranos descendientes de españoles posiblemente, conformado por 13 hijos; 7 varones, y 6 mujeres. Estudiamos en escuelas fiscales y colegios nacionales, pero como los “Lozitas”, éramos todos realmente chancones (estudiantes buenos) y, también debido, entre otras cosas, al siempre presente centralismo (nunca hubo un centro de estudios superior por aquellas épocas en Apurimac), mi viejo y mi madre decidieron mandarnos poco a poco a la capital, a medida que terminábamos la media….…querían que sus hijos sean profesionales en algo…
Terminé mi media mas o menos en 1957 y así, chibolo, antes de cumplir 18, me vine a la capital y trabaje 3 meses como “chupe” en una farmacia en la autoridad portuaria del Callao. Lo que ganaba en dicha chamba, me servia para prepararme en una academia para ingresar a la gran universidad de San Marcos a estudiar derecho, lo que mas tarde concreté satisfactoriamente… La universidad y la radio
Tulio Loza Bonifaz
Fuente: http://www.tulioloza.com/
Soy Tulio Loza….nací en Abancay Apurimac. Provengo de un hogar de serranos descendientes de españoles posiblemente, conformado por 13 hijos; 7 varones, y 6 mujeres. Estudiamos en escuelas fiscales y colegios nacionales, pero como los “Lozitas”, éramos todos realmente chancones (estudiantes buenos) y, también debido, entre otras cosas, al siempre presente centralismo (nunca hubo un centro de estudios superior por aquellas épocas en Apurimac), mi viejo y mi madre decidieron mandarnos poco a poco a la capital, a medida que terminábamos la media….…querían que sus hijos sean profesionales en algo…
Terminé mi media mas o menos en 1957 y así, chibolo, antes de cumplir 18, me vine a la capital y trabaje 3 meses como “chupe” en una farmacia en la autoridad portuaria del Callao. Lo que ganaba en dicha chamba, me servia para prepararme en una academia para ingresar a la gran universidad de San Marcos a estudiar derecho, lo que mas tarde concreté satisfactoriamente… La universidad y la radio
Durante mis primeros años de universidad, tenia la costumbre de hacer morir súbitamente de risa a mis compañeros imitando a los catedráticos de turno…si la clase empezaba a las 8am y el maestro entraba 8:10am, entonces tenia 10 minutos para hacer la misma clase que nos iba a tocar pero en joda…tal era el escándalo y la risa, sumado a mis habilidades de discursador, que mis propios compañeros de carpeta me convencieron para ir aun programa radial de mucho exito en aquellas épocas…”Loquibambia”, dirigido por un Argentino, que no sabia la diferencia entre un tipo de cholo y otro (es decir, creía que todos los cholos eran ingenuos por naturaleza), además no sabia que en lima ya habia un 40 o 50% de provincianos…
Yo le mostré delante de todos a un cholo diferente, de mi propia creación, un indígena recién llegado a la capital, pero con actitudes de citadino, un acriollado, pendenciero y sapo que no encajaba en los parámetros….mi formula original - el cholo vivo - gustó mucho porque era algo que no se había hecho todavía (ni se imaginaban que podía existir algún día).
Yo le mostré delante de todos a un cholo diferente, de mi propia creación, un indígena recién llegado a la capital, pero con actitudes de citadino, un acriollado, pendenciero y sapo que no encajaba en los parámetros….mi formula original - el cholo vivo - gustó mucho porque era algo que no se había hecho todavía (ni se imaginaban que podía existir algún día).
Mi formula talvez se forjó a manera de venganza cuando me di cuenta que los cholos que venimos de “adentro” casi siempre éramos el “punto”, la burla…es decir, nos “cochineaban” en todo momento y en todo lugar. Y precisamente de ese mismo “cochineo” que nos hacían los limeños, saqué a ese personaje avispado quechua-hablante, orgulloso de sus raíces, y de su cholería, que no solo enamoraba a la cholita de la hacienda, si no también, a la misma hija del patrón. Es así que triunfé en radio a rabiar, pero me chupaba de salir en TV…actitud que tuve desde el momento que visité un set asolapadamente.Mi primera impresión fue que no era algo para mi, porque sentía que la radio era mas calurosa (siempre había publico en vivo que aplaudía y se reía abiertamente sin tapujos).
Por el otro lado, en cambio, sentia a la TV mas fría y parametrada (un director muy esquematizado, demasiados técnicos alrededor…todo se veía para mi muy complicado…en ese momento)
Por el otro lado, en cambio, sentia a la TV mas fría y parametrada (un director muy esquematizado, demasiados técnicos alrededor…todo se veía para mi muy complicado…en ese momento)
Es así que fijé mis expectativas artísticas entre la radio y talvez el teatro, pero siempre y cuando se mantenga un esquema libre y entusiasta (público en vivo), ademas de divertido…como la misma radio, medio en el cual me inicié…Continúe mis estudios, pero me di cuenta que todo se encarecía progresivamente…los libros cada vez eran mas caros y lo que mi padre me enviaba ya no me alcanzaba…esto, sumado a la insistencia de la TV, quienes comenzaron a llamarme (ya me habían convocado unas 3 veces, pero yo me negué, entre otras cosas porque el libreto consistía en mostrarme como un cholo zonzo, tozudo y estúpido, algo que no me gusta, pues como ya les comente, tenia en mente otra cosa muy distinta).
Todo el artículo leer en: http://www.tulioloza.com/
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Hugo Neira Samanez
Hugo Neira Samanez nace en Abancay en el año 1936
Realiza sus estudios escolares en el colegio fiscal Melitón Carbajal. Ingresa posteriormente a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos a estudiar Historia, en que fue uno de los discípulos más apreciados del maestro Raúl Porras Barrenechea. Escritor, periodista y ensayista, Neira finalizaría sus estudios de posgrado en Francia, donde obtuvo el grado de Doctor en Ciencias Sociales. Asimismo, el actual director de la Biblioteca Nacional ha desarrollado un gran número de publicaciones, consiguiendo además importantes reconocimientos internacionales.
Realiza sus estudios escolares en el colegio fiscal Melitón Carbajal. Ingresa posteriormente a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos a estudiar Historia, en que fue uno de los discípulos más apreciados del maestro Raúl Porras Barrenechea. Escritor, periodista y ensayista, Neira finalizaría sus estudios de posgrado en Francia, donde obtuvo el grado de Doctor en Ciencias Sociales. Asimismo, el actual director de la Biblioteca Nacional ha desarrollado un gran número de publicaciones, consiguiendo además importantes reconocimientos internacionales.
En 1996, Neira aportó una amplia reflexión sobre nuestra problemática histórica. "Hacia la tercera mitad, Perú XVI-XX. Ensayos de relectura herética" es un libro que continuaba la tradición de los "Siete ensayos" o "Perú: problema y posibilidad", pero poniendo un mayor énfasis en el contexto internacional de nuestro proceso histórico. Fuente: Diario El Comercio. 15/12/08
19 de diciembre de 2008
19 de diciembre de 2008
Lectura herética
HUGO NEIRA
¿Por qué cree usted que la educación es considerada "la última rueda del coche"?
Porque hemos elegido a las malas autoridades. Un método de volver estúpida a la gente son las pruebas con múltiples respuestas. Cuando terminé secundaria en el colegio nacional Melitón Carbajal y luego ingresé a la Universidad de San Marcos, no había este sistema, teníamos que desarrollar un tema. Educar a alguien no es enseñarle cosas para que repita.
Dice Savater que el buen maestro es el que educa al alumno para que sea independiente de él, para que aprenda a aprender. ¿Qué es aprender? Es pensar, es sopesar, argumentar. Ver el pro y el contra de cada cosa. Ver cómo una afirmación puede ser parcialmente verdadera y parcialmente falsa. Con este sistema hemos formado varias promociones de gentes que son analfabetos potenciales porque no se les ha enseñado a razonar y la razón desde Aristóteles a la fecha son silogismos, son encadenamientos lógicos. (Página Web de la Biblioteca Nacional)
7 comentarios:
quisiera sugerirle una nota de la familia quintana que aporto al pueblo de talavera y en especial ami abuela ANGELICA QUINTANA NINO DE GUZMAN QUE TIENE 98 ANOS ELLA ESTA MALITA DE SALUD PERO QUISIERA QUE LA RECORDARAN EN VIDA .LUCHO MUCHO AYUDO AMUCHOS Y DIO MUCHO CARINO A TODO QUIEN HOSPEDABA Y CONOCIA Y DE IGUAL MANERA QUE LO RECORDARAN A MI ABUELO MANUEL CARHUAYA ARAUJO ELLA NACIO UN 2 DE AGOSTO 1911 Y MI ABUELO QUE ES PAZ DESCANSE NACIO 1900 ELLOS DIERON MUCHO POR tALAVERA AGRACESCO MUCHO QUE PUEDAN DAR UN COMENTARIO DE ELLO.
RICARDO NIETO DE ELLOS Y QUIEN ESTA MUY LEJOS ACA ESDE ESTADOS UNIDOS
UN ABRAZO PARA USTEDES
Orgulloso del pueblo Apurimeño con el talento dado al país, José Maria Arguedas es y será un referente en cuánto a cultura andina. Me siento orgulloso de tener orígenes de Andahuaylas, de ser Alumno en la Unmsm y de tener como profesor a Nemesio Espinoza en mi primer ciclo.Espero me guíe por el camino para lograr cambios en apurimac como revalorizar los valores andinos, mejorar la nutrición desde la niñéz, mejorar la educación enfocada a la realidad andina al amor a su lugar de origen, mejorar la salud(educando a las personas como mejorar su dieta),etc.
Los cambios pienso realizarlos luego de acabar mi carrera de Administración, vivir en Andahuaylas e ir logrando los cambios que es mi meta más significativa en la vida. Profesor espero que usted pueda guiarme, yo sé que usted ama y no olvida a su pueblo de Vito. Así como usted ama a Vito, yo amo a Andahuaylas, espero me guíe a continuar sus avances aplicandolos a la realidad de Apurímac y a toda la sierra sur del Perú. Sé que sólo no podré lograr cambios significativos pero con su apoyo y sus conocimientos se que podre lograrlo, y si no lo logro yo, lo lograra la siguiente generación de apurimeños, pero esa generación necesita al menos las oportunidades necesarias.
2017..
Lo lograste?
Oh aún sigues intentando hacer el cambio?:3
Curiosidad xd
TE olvidaste de Guillermo Villadegut Ferrufino un gran genio que se dio cuenta que la region Apurimac no solo fue Chanka sino Quechuas o wichus
ALGUIEN PODRÍA DECIRME QUIEN FUE BENIGNO LATORRE PALMA ?
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